Entre los dos muros
Hoy, a las 15 horas, logramos presentar el libro de Orlando Luís Pardo Lazo. Después de meternos por callejones del Cerro para perder a los dos “segurosos” que llevábamos detrás, terminamos por llegar al Capitolio y tomar el ómnibus que pasa el túnel de la bahía. Tensión, temor y duda, nos acompañaron en el breve viaje hacia la fortaleza de La Cabaña. Orlando pensaba en su madre, con la presión alta y atemorizada ante las amenazantes llamadas telefónicas. Mi cabeza estaba con Teo, en su escuela, ajeno al hecho de que quizás nadie estaría en casa cuando él regresara. Por suerte, fueron sólo fantasmas.
El operativo policial tenía –eso lo comprendimos a posteriori- –una intención intimidatoria, pero poco pudieron hacer ante las cámaras de la prensa extranjera y de los escritores invitados. Empezamos sentados sobre la hierba, hablando para un grupo de quince personas y terminamos con un aplauso cerrado de más de cuarenta. Nos sorprendió la presencia y la solidaridad de varios jóvenes cuentistas y poetas, con libros publicados en las editoriales oficiales. También la asistencia de algunos novelistas latinoamericanos que nos apoyaron con sus palabras y abrazos. Allí estaban Gorki y Ciro del grupo Porno para Ricardo, Claudia Cadelo del blog Octavo Cerco, Lía Villares, autora de la bitácora Habanemia, Reinaldo Escobar, blogger de Desde aquí, Claudio Madam y otros que no menciono sus nombres, para no perjudicarlos.
Al otro lado de la calle, el grupo de los perseguidores, filmaba con un tele foto todo lo que ocurría en la verde explanada. Varias escuelas primarias habían sido invitadas a empinar papalotes en ese mismo lugar y un estridente reggaetón comenzó justo a las tres de la tarde. Sin embargo, logramos aislarnos de todo eso y entrar por la puerta de Boring Home; elevarnos unos centímetros de la polvorosa realidad de vigilados y vigilantes. Desde donde estaba sentada, el muro de La Cabaña me pareció más deteriorado, lleno de pequeñas porosidades que se abrían en la piedra.
* para descargar el libro de Orlando Luís, por favor pinche aquí
Yoani Sánchez
Tra due muri
Oggi, alle ore 15, siamo riusciti a presentare il libro di Orlando Luís Pardo Lazo. Siamo passati dai vicoletti del Cerro per far perdere le nostre tracce ai due agenti della Sicurezza di Stato che avevamo alle costole, e siamo arrivati al Capitolio dove abbiamo preso l’autobus che oltrepassa il tunnel della baia. Tensione, timore e dubbi, ci hanno accompagnato nel breve viaggio verso la fortezza della Cabaña. Orlando pensava a sua madre, che soffre di pressione alta ed era intimorita dalle minacciose chiamate telefoniche. La mia mente immaginava Teo, nella sua scuola, ignaro che rientrando a casa avrebbe potuto non trovare nessuno. Per fortuna sono stati soltanto fantasmi.
Gli agenti della polizia avevano - questo lo abbiamo capito dopo - intenzioni intimidatorie, ma hanno potuto fare poco di fronte alle macchine fotografiche della stampa straniera e degli scrittori invitati. Abbiamo cominciato seduti sull’erba, parlando per un gruppo di quindici persone e abbiamo terminato con un applauso conclusivo di oltre quaranta. Siamo stati sorpresi dalla presenza solidale di diversi giovani narratori e poeti, con libri pubblicati da editori ufficiali, ma anche l’appoggio di alcuni romanzieri latinoamericani che ci hanno dato man forte con parole e abbracci. C’erano anche Gorki e Ciro del gruppo Porno para Ricardo, Claudia Cadelo del blog Octavo Cerco, Lía Villares, autrice del blog Habanemia, Reinaldo Escobar, blogger di Desde aquí, Claudio Madam e altri che non menziono per non creare problemi.
All’altro lato della strada, il gruppo dei persecutori, filmava con un telefonino tutto quello che succedeva nella verde spianata. Alcune scuole erano state invitate a far volare aquiloni nel medesimo luogo e proprio alle tre del pomeriggio è cominciato un fastidioso reggaetón. Malgrado ciò, siamo riusciti a isolarci da tutto e ad affrontare l’argomento di Boring Home, elevandoci un poco dalla polverosa realtà di sorvegliati e sorveglianti. Da dove mi trovavo seduta, il muro della Cabaña mi è sembrato più deteriorato, pieno di piccole porosità che si aprivano nella pietra.
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Traduzione di Gordiano Lupi