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Gordiano Lupi: In morte di un poeta Cubano in Esilio. Osvaldo Navarro.
Osvaldo Navarro
Osvaldo Navarro 
17 Febbraio 2008
 

Il romanziere e poeta cubano Osvaldo Navarro è morto nel suo esilio messicano, il 7 febbraio 2008, vittima di un infarto. I suoi resti sono stati cremati e le ceneri portate dalla moglie, la poetessa Elena Tamargo, a Miami - dove risiedono i figli Osvaldo e Nazin - per essere sepolte in terra statunitense. Navarro nasce a Santo Domingo, in provincia di Villa Clara, nel 1946, membro delle forze armate e del ministero degli interni per dieci anni, studia filologia alla Università dell’Avana e consigliere culturale nella ambasciata cubana di Mosca fino al 1987. Vince molti premi nazionali di poesia e ottiene importanti riconoscimenti per la sua opera letteraria. Osvaldo Navarro è un convinto difensore del realismo socialista nella creazione artistica, ma a un certo punto della sua vita perde fiducia nel processo rivoluzionario e nel 1993 ripara in Messico. Vive da esiliato volontario, per qualche periodo soggiorna a Miami, torna in Messico, fonda la rivista Nao e lavora come promotore culturale. Tra le sue opere di poesia citiamo De regreso a la tierra (1974), Los días y los hombres (1975), Espejo de conciencia (1989), Las manos en el fuego (1981), Nosotros dos (1984), Combustión interna (antologia, 1985), Clarividencia (1989), Xabaneras (1996) e Catarsis (1999). Tra i romanzi ricordiamo El caballo de la Mayaguara (1984) - premio nazionale della critica cubana - e Hijos de Saturno (2002). Figli di Saturno sarebbe un libro importante da far conoscere in Italia, perché è un omaggio a tutte le persone che hanno creduto nella rivoluzione cubana e ne sono state divorate. L’istituto Politecnico Nazionale del Messico pubblicherà un’antologia della sua opera poetica e un suo saggio su José Martí.

Osvaldo Navarro è stato uno dei migliori poeti cubani contemporanei, in un primo periodo della sua vita convinto rivoluzionario, appena si rende conto della grande truffa castrista lotta contro il regime fino a riparare in esilio. In ogni caso Osvaldo Navarro non mette la poesia al servizio di un’ideologia e questa è la sua grande forza letteraria. Non ha mai scritto un libro celebrativo del regime e non si è piegato al ruolo di poeta cortigiano, neppure quando era convinto assertore della bontà rivoluzionaria. Nella Cuba di Fidel Castro nessuno scriverà una riga sulla sua morte, visto che in passato è stato definito dal regime come opportunista. Osvaldo Navarro resta nel gruppo dei poeti da dimenticare, tra i letterati che non vanno studiati, depennato dalla lista degli scrittori in lingua spagnola dei quali è lecito occuparsi. Meno male che istruzione e cultura (insieme alla sanità) sono le cose migliori che citano sempre i fiancheggiatori del regime.

Ho avuto la triste notizia della morte di Navarro dallo scrittore cubano Felix Luis Viera, pure lui esule in Messico e destinato a vivere lontano dalla sua terra per colpa di un regime duro e intollerante. Per ricordare un grande scrittore pubblico una piccola antologia poetica in lingua originale, accompagnata dalla mia traduzione letterale che fa perdere liricità ai testi ma è utile per comprendere il significato. Osvaldo Navarro parla di solitudine, dialoga con se stesso, sente di essere rimasto senza parole e senza musica, di non avere più la forza di scrivere poesia, vuol essere vegetariano in un mondo di antropofagi, comprende che tanti amici si sono lasciati condurre su una strada sbagliata e che adesso si bruciano le ali per aver volato troppo vicino al fuoco. Parla di politica in modo velato, con sottili allusioni e raffinata scelta lessicale, usa la poesia fantastica per realizzare un importante discorso sociale. Le idee modificate da uomini che non sono all’altezza dei loro sogni producono mostri, come il sonno della ragione, come un antropofago che cucina carne umana e si lascia tentare dal sapore proibito. Osvaldo Navarro critica Stai Uniti e Cuba, non risparmia nessuno, in un atto di accusa che unisce globalizzazione a base di hamburger alla rivoluzione cubana che predilige carne di cannone e lingue di poeti stufate.

Uno scrittore che sono orgoglioso di presentare per primo in Italia e che dovrebbe essere tradotto e pubblicato anche nel nostro paese.

 

Gordiano Lupi

www.infol.it/lupi

 

 

 

Antologia poetica

 

 

HOT EDAD

 

La soledad que asumo es tan divina
Que de tanto ignorarla somos dos:
Uno en el comedor traga su arroz
Y el otro lava el plato en la cocina.

Navarro es un buen hombre que se inclina
Y conjuga los verbos siempre en nos.
Osvaldo es quien se yergue frente a Dios,
Y es una débil sombra que ilumina.

A veces somos más, y somos tantos
Que no alcanza la tierra para cuantos
Habitan esta estricta soledad.

Hablo conmigo, que es decir nosotros,
Pero no entablan diálogo los otros:
Los demás son yo mismo en su hot edad.

 

 

ATONAL

 

Hijos, indíquenme el tono,
Que me he quedado sin música.
Sordo de mí mismo, escucho
sólo lamentos y súplicas,
el ruido de las almas
y ciertas notas estúpidas
que repiten y repiten
en un vacío de acústica.
Ya no escucho los acordes
de aquellas mañanas fúlgidas,
con su vértigo de pájaros
y estruendo de alas alúminas.
De las primaveras no
recuerdo su risa última,
ni el compás de las estrellas
en aquellas noches únicas,
y tú, mujer, que vibrabas
como una cítara púdica.
No oigo sonar las campanas
el re de mi abeja lúdica,
ni a mi madre que tañía
ésta mi lira tan rústica.
Hijos, indíquenme el tono,
que me he quedado sin música.

 

 

ANTROPOFAGIA

 

Adobada con zumo de limón y asada a la parrilla
en forma de arrachera o de churrasco –a la argentina–,
la carne humana es un manjar de lujo
en las mesas de las clases altas,
restoranes gourmet, hoteles cinco estrellas.

También se la prepara encebollada y con curry –estilo indio–
para las fiestas patrias y los banquetes
a los que asisten dignatarios, obispos, grandes inversionistas.

Los Estados Unidos –importadores de rebaños en pie–,
tienen mataderos muy desarrollados
donde el descuartizamiento se realiza en forma automática.
Utilizan hasta la recortería,
a la que agregan soya y otros ingredientes –fórmula secreta–,
y forman una masa con la que moldean hamburguesas y nuggets,
cuyas franquicias venden a las cadenas internacionales de fast food.
Es una industria eficiente y productiva
que se inspira en la escuela clásica alemana:
fabrican telas con el pelo, botones con los huesos y jabón con la grasa.

La publicidad sobre la carne humana en la televisión es sensacional.
Presentan fisiculturistas, bailarinas, artistas de cine
reconstruidas por los bisturís estéticos.
El mensaje subliminal es que la carne no sólo sirve para fornicar,
sino que contiene altos poderes nutricionales.

En los mercados populares del mundo,
se expende salada, en forma de cecina –a la mexicana– para freír,
o seca, para cocer entomatada como tasajo de caballo –a la uruguaya.
En los ganchos de las carnicerías cuelgan las piernas,
los brazos y los costillares, entre las moscas y el olor de las especias.
También se venden los ojos, las tetas, las vísceras, los testículos
cocidos de las formas más diversas y servidos como antojitos,
salpicados con cilantro, cebolla cruda bien rebanada y algo de picante, envueltos en pan árabe o en tortillas de maíz.

En Cuba –país tan especial– la matazón se realiza por fusilamiento,
por prurito militar y por apego a la tradición de las guerras de independencia.
La carne es sometida a un proceso parecido al de Estados Unidos,
pero con influencia de los indios caribes (caníbales),
que adobaban sus presas con ajo de montaña, ají cachucha y culantro.
El contenido se aumenta con soya y con harina de trigo,
y se fabrica un engrudo insípido y fofo (sin envoltura)
llamado masa cárnica.
(Como la distribución está racionada,
los hambrientos han saqueado las criptas de los cementerios).
El pelo se desperdicia por falta de tecnología,
pero la grasa –si la hubiera– se aprovecha en las salsas
(“Échale salsita”, dice el son),
y los huesos, en suculentas caldosas
y en la brujería industrial, gran productora de divisas.
Los dirigentes y los jefes prefieren la carne de cañón
y la lengua estofada de poetas.

Los españoles son fanáticos de la sangre y de las vísceras,
para hacer butifarra,
y ahuman un jamón de pierna serrano
que nada tiene que envidiarle al de cerdo.

Francia es algo aparte.
Allá hornean unos racionales pasteles de seso,
extraídos de los artistas naif de Haití y los inmigrantes árabes,
cuyo olor cartesiano se percibe hasta en lo alto de la torre Eiffel,
y cenan frugalmente con buen vino de mesa.

En África, donde existen costumbres muy extrañas,
dejan pudrir la carne, y se la comen, con las manos,
mezclada con mandioca,
también en estado de putrefacción.

Los japoneses –de paladar tan exquisito–
prefieren las manos y los pies de mujer, porque,
según los exigentes consumidores,
tienen un sabor más refinado que las aletas de tiburón.

Los chinos han desarrollado una novedosa industria,
que consiste en aplicar la tortura china en forma productiva:
cortan pedazos a los disidentes, sin matarlos,
y han invadido el mundo con esas rebanadas,
como si fueran tilapia congelada;
así, han aumentado en dos en por ciento el producto interno bruto.

Yo, que soy un tanto melindroso y tengo escrúpulos,
me he vuelto vegetariano,
y me voy con las vacas y los caballos
a ramonear la magra hierba que aún verdea en los campos.

 

 

EN EL FUEGO

 

Yo he visto y sé de cosas que no he dicho ni digo,
cosas tristes y a veces amargas y onerosas
golpes que los amigos nos dan como si rosas,
cosas que más parecen labor del enemigo.

Yo he visto y sé de amigos que resultaron cosas
y de cosas que hicieron la función del amigo
vi cómo el hermano se pasó al enemigo
y vi como trepaban al árbol las babosas.

Vi a los hombres errar igual que mariposas
y quemarse las alas ligeras y amorosas
en el fuego de todos sin que hubiera un testigo.

Vi mucho más, vi las heces correr hacia las fosas
de un tiempo que apestaba como un viejo mendigo
y callar los testigos verdades peligrosas.

 

 

 

Traduzioni a cura di Gordiano Lupi

 

 

CALDA ETÀ

 

La solitudine che assumo è tanto divina
che a ignorarla così tanto siamo in due:
uno nella sala da pranzo mangia il suo riso
e l’altro lava il piatto nella cucina.

Navarro è un buon uomo che si china
e coniuga i verbi sempre in noi.
Osvaldo è colui che fronteggia Dio,
ed è una debole ombra che illumina.

A volte siamo di più, e siamo tanti
che non basta la terra per tutti coloro
che abitano questa severa solitudine.

Parlo con me, che è come dire noi,
però gli altri non intavolano un dialogo:
gli altri sono io stesso nella sua calda età.

 

 

ATONALE

 

Figli, indicatemi il tono,

che sono rimasto senza musica.

Sordo di me stesso, ascolto

solo lamenti e suppliche,

il rumore delle anime

e certe note stupide

che ripetono e ripetono

in un vuoto di acustica.

Ora non ascolto gli accordi

di quelle mattine fulgide,

con la sua vertigine di passeri

e strepito di ali ossidate.

Delle primavere non

ricordo le ultime risate

né il compasso delle stelle

in quelle notti uniche,

e tu, donna, che vibravi

come una chitarra pudica.

Non sento suonare le campane

il re della mia ape ludica,

né a mia madre che suonava

questa mia lira così rustica.

Figli, indicatemi il tono,

che sono rimasto senza musica.

 

 

ANTROPOFAGIA


Guarnita con succo di limone e arrostita alla griglia
come arrachera o churrasco - alla argentina -,
la carne umana è un manicaretto di lusso
sulle tavole delle classi alte,
ristoranti esclusivi, alberghi a cinque stelle.

Si prepara anche con cipolla e curry - stile indio -
per le feste della patria e per i banchetti
che frequentano dignitari, arcivescovi, grandi investitori.

Gli Stati Uniti - importatori di animali vivi -
possiedono mattatoi molto sviluppati
dove lo squartamento si realizza in modo automatico.
Utilizzano persino le frattaglie,
alle quali aggiungono soia e altri ingredienti - formula segreta -,
e formano una pasta con la quale modellano hamburger e nuggets,
che le aziende vendono alle catene internazionali del fast food.
È un’industria efficiente e produttiva
che si ispira alla scuola classica tedesca:
fabbricano tele con i capelli, bottoni con le ossa e sapone con il grasso.

La pubblicità sulla carne umana in televisione è sensazionale.
Presentano culturisti, ballerine, attori di cinema
ricostruiti da bisturi estetici.
Il messaggio subliminale è che la carne non serve solo per fornicare,
ma contiene anche un alto potere nutrizionale.

Nei mercati popolari del mondo,
si vende salata, come prosciutto - alla messicana - per friggere,
o secca, per cuocere con il pomodoro come carne salata di cavallo - alla uruguagia.
Nei ganci delle macellerie attaccano le gambe,
i bracci e le costole, tra le mosche e l’odore delle specie animali.
Si vendono anche gli occhi, le mammelle, le viscere, i testicoli
cucinati nelle forme più diverse e serviti come antipasti,
saltati con cilantro, cipolla cruda ben tagliata e qualcosa di
piccante, avvolti in pane arabo o in frittate di mais.

A Cuba - paese molto speciale - l’uccisione si realizza per fucilazione,
per prurito militare e per attaccamento alla tradizione delle guerre di indipendenza.
La carne è sottomessa a un processo simile a quello degli Stati Uniti,
però con l’influenza degli indios caraibici (cannibali),
che guarnivano le prede con aglio di montagna, peperoni piccanti e culantro.
Il contenuto si aumenta con soia e farina di grano,
e si produce un impasto insipido e molle (senza involucro)
chiamato pasta di carne.
(Siccome la distribuzione è razionata,
gli affamati hanno saccheggiato le cripte dei cimiteri).
I capelli si disperdono per mancanza di tecnologia,
però il grasso – se ci fosse – si utilizza nelle salse
(Echale salsita, dice il son),
e le ossa, in succulenti minestroni
e nella stregoneria industriale, grande produttrice di dollari.
I dirigenti e i capi preferiscono la carne di cannone
e la lingua stufata dei poeti.

Gli spagnoli sono fanatici di sangue e viscere,
per fare salsicce,
e affumicano un prosciutto di gamba montanara
che non ha niente da invidiare a quello di maiale.

La Francia è una cosa a parte.
Là cuociono al forno alcuni pasticcini di cervello,
estratti dagli artisti naif di Haiti e dagli immigranti arabi,
il cui odore cartesiano si percepisce fino in cima alla Torre Eiffel,
e cenano frugalmente con buon vino da tavola.

In Africa, dove ci sono usanze molto strane,
fanno imputridire la carne, e se la mangiano, con le mani,
mescolata con manioca,
anch’essa in stato di putrefazione.

I giapponesi - di palato tanto raffinato -
preferiscono le mani e i piedi di donna, perché,
secondo gli esigenti consumatori,
hanno un sapore più raffinato delle pinne di pescecane.

I cinesi hanno sviluppato un’industria innovativa,
che consiste nell’applicare la tortura cinese in modo produttivo:
tagliano pezzi ai dissidenti, senza ammazzarli,
e hanno invaso il mondo con queste fette di carne,
come se fossero pesci congelati:
così hanno aumentato del due per cento il prodotto interno lordo.

Io, che sono un poco schizzinoso e mi faccio scrupoli,
sono diventato vegetariano,
e me ne vado con le vacche e i cavalli
a ruminare la poca erba che ancora verdeggia nei campi.

 

Nota: Alcune espressioni sono intraducibili e non hanno un corrispettivo italiano. Si tratta di termini culinari, spezie e modi di dire cubani. Ho scelto di lasciarli nella forma originale indicandoli con un corsivo.

 

 

NEL FUOCO

 

Ho visto e so cose che non ho detto né dico,
cose tristi, a volte amare e onerose
botte che gli amici danno come fossero rose,
cose che sembrano più un lavoro del nemico.

Ho visto e so di amici che si convertirono in cose
e di cose che presero il posto dell’amico,
vidi come il fratello passò al nemico
e vidi come si arrampicavano all’albero le lumache.

Vidi gli uomini errare come farfalle
e bruciarsi le ali leggere e amorose
nel fuoco di tutti senza che ci fosse un testimone.

Vidi molto di più, vidi gli escrementi correre verso le fosse
di un tempo che puzzava come un vecchio mendicante
e verità pericolose zittire i testimoni.

 

 

Opere originali di Osvaldo Navarro (1946 – 2008)

Traduzioni di Gordiano Lupi


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